Los accidentes provocados por conductores somnolientos son 4 veces más graves que los causados por los efectos del alcohol.

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octubre 20, 2010 por edhwin77

  • Los trastornos del sueño causan un 30% de los accidentes de tráfico.
  • En España se calcula que entre 5 y 8 millones de personas sufren apnea del sueño aunque solo están diagnosticados entre un 5% y un 9%.
  • Un 20% de los accidentes de tráfico están relacionados con la somnolencia.
  • Los expertos consideran que el síndrome de apnea y la somnolencia están poco regulados en la legislación actual de tráfico.

Los neumólogos especialistas en trastornos del sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica alertan sobre los peligros que encierra la combinación somnolencia, conducción y calor. Según muestran numerosos estudios, los accidentes de tráfico relacionados con la somnolencia suelen tener hasta cuatro veces mayor gravedad que los accidentes causados por el alcohol, el consumo de drogas o los trastornos mentales.

“Conducir es una tarea compleja que exige atención y un perfecto estado de alerta, cuando tenemos un grado elevado de somnolencia debido a la falta de descanso y sueño, vemos alteradas nuestras capacidades psicofísicas de un modo similar o más grave que bajo los efectos del alcohol” alerta el Dr. Joaquin Terán, coordinador del Área de Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR. Hay estudios que equiparan 17 horas de vigilia continuada con una reducción de las habilidades de conducción equiparable a un grado de alcoholemia de 0,05 mg/ml.

Los accidentes que sufren las personas que se duermen al volante son más graves que los producidos por los efectos del alcohol o las drogas porque sus capacidades están aún más disminuidas. Así, mientras que las personas que conducen ebrias reaccionan con lentitud, torpeza y con evidente falta de reflejos, las personas que se duermen al volante no llegan ni siquiera a reaccionar, no se produce ni la acción refleja de frenar.

Por eso los accidentes por somnolencia suelen ser choques frontales o salidas de la carretera a velocidades elevadas de conductores que viajan solos y en días laborables. La mayoría de estos accidentes suelen producirse en autopistas o carreteras monótonas, de madrugada o a primera hora de la tarde (después de comer), coincidiendo con los mayores picos de sueño.

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La apnea del sueño o SAHS es una enfermedad de alta prevalencia . Consiste en la aparición de pausas respiratorias a consecuencia de la obstrucción parcial (hipopnea) o completa (apnea) de las vías áreas superiores durante el sueño. La mayor consecuencia diurna es la somnolencia en diferentes grados. En España entre cinco y ocho millones de personas sufren apnea del sueño aunque solo están diagnosticados entre un 5 y un 9% de los pacientes. Lo que representa un elevado riesgo de siniestrabilidad laboral y también en la conducción.

Es importante concienciar los conductores ocasionales o profesionales que la apnea es una enfermedad grave relacionada directamente con un 20% de los accidentes de tráfico. “Ante la sospecha de apnea hay que tomar precauciones. No todos los pacientes con apneas han sufrido un accidente de coche pues la apnea y los trastornos del sueño tienen tratamientos específicos y eficientes en el control de los síntomas, como la CPAP que inciden en la disminución de los riesgos de accidente”, explica el Dr. Terán.

Los neumólogos de SEPAR consideran que en los reconocimientos médicos previos a la adquisición o renovación del permiso de conducción, y especialmente cuando se trata de profesionales del transporte, debería detenerse en cuenta los trastornos de sueño e incluir cuestionarios que facilitaran la identificación de estas patologías (hábitos de sueño, medicaciones, horarios laborales). La mayoría de los pacientes no se quejan cuando descansa mal o está más cansado de lo habitual porque piensa que se debe a circunstancias externas y pasajeras y no a un trastorno definido y tratable. Sin embargo, existen numerosos cuestionarios que ayudan a los profesionales de la salud a detectar este tipo de trastorno. También sería muy importante promover los programas de auto-cuidado de esta patología, así como dar a conocer las medidas a tomar en caso de somnolencia al volante. Todo ello contribuirá a la prevención de los accidentes de tráfico y a mejorar la seguridad vial.

Otro problema que los neumólogos ponen en cuestión es el lento proceso que sufre un paciente que al solicitar la renovación del permiso declara padecer apneas del sueño o que intuye que puede padecerla. En estos casos, se le derivará automáticamente a una unidad de sueño para certificar el diagnóstico y evaluar su severidad. Estas unidades tienen una lista de espera de alrededor de dos años, tiempo que el paciente deberá esperar sin conducir. Esta lentitud provoca que algunos conductores especialmente los profesionales obvien su enfermedad o su tratamiento al renovar su permiso con el consecuente riesgo para su seguridad y la de los demás conductores.

 

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